El Movimiento Comunero sostiene que el
ejercicio de una democracia real es una meta a alcanzar, que no se declama sino
que se ejerce, donde la diversidad sea respetada, la representatividad y la participación
convivan en armonía, y la búsqueda de consensos un objetivo inexcusable en
beneficio del bien común.
Sabemos
que existen posiciones irreconciliables, aún en los ámbitos más prestigiosos, académicos e
intelectuales, pero claramente nos estamos refiriendo a cuestiones más domésticas como es la construcción de un proyecto que nos
permita una mejor calidad de vida en nuestros barrios, aceptando nuestras
diferencias pero dejando de lado autoritarismos y posiciones extremas, atendiendo
a la voz, la palabra y el pensamiento del otro.
En
esta inteligencia nos decidimos a publicar una opinión, de las muchas que
recibimos, pero contraria y crítica a nuestra posición. También, como es de
suponer publicamos a continuación nuestra respuesta.
El
debate queda abierto:
Estimados:
Recibo habitualmente sus mails y comunicaciones y no puedo dejar de observar que el Movimiento Comunero y organizaciones afines siempre tienden a la queja indiscriminada, solo porque no son (supuestamente) tenidos en cuenta por el GCBA. Sin embargo pareciera ser que tampoco son tomados en cuenta por el grueso del pueblo dela Ciudad que una vez más y
mayoritariamente votó por ideas y proyectos de ciudad diferentes a los que Uds
proponen.
Recibo habitualmente sus mails y comunicaciones y no puedo dejar de observar que el Movimiento Comunero y organizaciones afines siempre tienden a la queja indiscriminada, solo porque no son (supuestamente) tenidos en cuenta por el GCBA. Sin embargo pareciera ser que tampoco son tomados en cuenta por el grueso del pueblo de
Y
esto es así aún entre aquellos votantes que NO habiendo votado al PRO y a
Macri, de todas formas sueñan con una ciudad moderna, una ciudad que nivele
para arriba, donde se este cada vez un poquito mejor, con mas elegancia y
clase, con más educación, mas valor para las propiedades de cada persona, etc.
Una ciudad donde existan menos villas y no más villas, donde el inmigrante sea
bien tratado y recibido, como lo fue siempre en nuestro país, a condición que
venga a sumar y no a restar, esto es con algún oficio productivo, sin
antecedentes penales, con un lugar para vivir (que no sea una pieza hacinada o
un asentamiento y demás condiciones como en cualquier país civilizado, Uruguay
por ejemplo. Intentar vivir e una barrio/ciudad cada vez más lindo, elegante,
con oportunidades para todos los que las busquen y merezcan no es una ambición
de alguien de "derecha" sino de cualquier persona normal.
Se
que pensamos diferente y también se que recién se termina una elección donde se
refrendó este modelo de ciudad diferente al de Uds pero que deben aceptar
porque asi es la
Democracia. Pueden luchar para ganar una elección y entonces
construir su proyecto pero no querer imponer por la fuerza lo que los votos no
les dan. Yo me considero un defensor de las comunas en tanto lo que son, un
ente desentralizado con un proyecto acotado para resolver asuntos puntuales de
un barrio determinado; pero jamás un ente vinculante de consulta obligatoria
para quien ostente la
Jefatura de Gobierno con el voto mayoritario de la población.
Los porteños mayoritariamente no queremos y no votamos proyecto de izquierda
ultra de ningún tipo y por lo tanto no apoyamos estos supuestos autogobiernos
populares en que se quiere convertir cada comuna desde su sector. Ni queremos
convertir a la Ciudad
en una nueva UBA donde por ganar el Centro de Estudiantes de una facultad x ya
se creen con derecho a gobernar toda la Universidad. Una
universidad y una ciudad donde a veces se pierden espacios puntuales, como un
centro de estudiantes, porque la gente que se decida a trabajar y estudiar todo
el dia no tiene tiempo ni ganas de realizar una militancia totalitaria.
En
fin, tienen derecho a marchar y a putear, pero no se llamen "el pueblo de
la ciudad" porque no lo son y están muy lejos de representarlo. Son, a lo
sumo, la vanguardia de una pequeña porción ciudadana, en general revolucionarios
de juguete que sueñan con ir a Disney o Cariló y que mientras lo logran se
dedican a molestar a los demás. Igual que esos trabajadores y trabajadoras
MILLONARIOS/AS que predican derechos para las masas que jamás les dan y
cuestionan supuestos privilegios que so ostentan y no quieren perder.
Amigos,
en suma, les guste o no, nosotros aspiramos a que nuestra Buenos Aires sea la
versión argentina y en lo posible superior de las grandes urbes mundiales,
queremos superar a Paría o Nueva York, al verdadero porteño no le interesa ser
La paz, Caracas, o Chuquisaca. Aspiramos a que todos podamos tener un buen
auto, una buena casa y buena pilcha, además de una educación y salud dignas. Un
ciudad donde el lado norte y el sur se asemejen pero por lo bueno, o sea que
toda la ciudad tenga mas Recoletas y menos villa 20, 31 o 1 11 14. La
aspiración debe se4r crecer no quedarse o retroceder. Lastima que a los
punteros del FpV y otros no les interese intentar que la gente mejore, sino
tenerlos en la miseria, acentuarles la sensación de frustración y resentimiento
para usarlos políticamente, porque si mejoran y piensan ya no los podrían
manejar.
Yo
quiero cosas diferentes a Uds, bienestar para todos, pero en serio. Ojalá lo
entienda.
Osvaldo Igounet - Vecino Comuna 8 - 02/11/2013
Osvaldo Igounet - Vecino Comuna 8 - 02/11/2013
Nuestra Respuesta
Estimado Osvaldo Igounet:
Aunque
usted no lo crea coincidimos con algunas de sus ideas sobre la Buenos Aires que queremos,
aunque con otras no, como es lógico en cualquier sociedad que permite pensar y
expresar ideas y propósitos diferentes a sus miembros.
Coincidimos
seguramente también con usted en que en una república todos deben respetar las
leyes y, en el caso particular que nos ocupa, todos – empezando por los
gobernantes electos – deben respetar la Constitución de la Ciudad y la Ley 1777 de Comunas.
En lo
referido a las Comunas usted afirma que las mismas son “un ente descentralizado”.
Esto es absolutamente cierto y coincidimos también con ello. En efecto, según la Constitución de la Ciudad y la Ley de Comunas, estas son un
ente descentralizado y, como tal con capacidad para decidir por sí mismas en el ámbito de sus competencias.
También
afirma usted que tienen “un proyecto acotado para resolver asuntos puntuales de
un barrio determinado”. A nuestro juicio más que un proyecto acotado tienen competencias
exclusivas acotadas, lo cual es aceptable por cuanto integran una misma y única
ciudad, lo que supone competencias centrales amplias. Sin embargo también
tienen competencias “concurrentes” con el Gobierno de la Ciudad , lo que quiere decir
que en todas aquellas acciones servicios y obras que el Gobierno de la Ciudad planifique y/o
ejecute en el territorio comunal, la
Comuna tiene el derecho y, más aún, la obligación de
intervenir, lo cual es también bastante lógico. De forma similar, si un Gobierno
Provincial quiere realizar una acción u obra pública en el ámbito territorial
de un Municipio, es natural que lo consulte con éste y acuerden concertada y
coordinadamente la mejor forma de llevarla adelante.
Pero,
según la Constitución
de la CABA y la ley
de Comunas, además de ser la
Comuna un organismo descentralizado, es un organismo
participativo, lo que le impone consultar directamente con la población las
acciones de gobierno que impactan significativamente en su vida. Somos
concientes de que esta institución comunal es muy novedosa en este sentido, por
cuanto implica que los “representantes” elegidos en las urnas deben gobernar
“con” sus representados en la construcción del bien común. De la misma forma
que los ciudadanos deben deliberar y gobernar con los representantes elegidos.
Esto revierte la práctica tan común y criticada de que los funcionarios políticos,
luego de elegidos, se creen con el derecho de hacer lo que quieran, sin
escuchar ni atender las necesidades y aspiraciones concretas de quienes los
votaron o no los votaron, pero que tiene la obligación de respetar, es decir,
de todos los ciudadanos. En ese sentido entendemos – como lo hicieron los
constituyentes de la Ciudad
- que las
elecciones son un procedimiento clave para la democracia, pero no es éste el único procedimiento que la
califica y la define; la participación de la ciudadanía en las decisiones
también forma parte de la democracia y hace de ésta una manera más
enriquecedora y equilibrada de plantear la política y la vida en común.
La
arquitectura de las Comunas establece la existencia de dos organismos de
gobierno comunal: uno electivo que funciona bajo la modalidad de la democracia representativa
(la Junta Comunal )
y otro participativo que funciona bajo la modalidad de la democracia
participativa (el Consejo Comunal). La relación entre ambos – siempre que las
intolerancias y antagonismos excluyentes propios de nuestra deteriorada cultura
política lo permitan – abre un
horizonte de colaboración y coordinación enriquecedora entre autoridades
elegidas y ciudadanos organizados, muy prometedor a nuestro juicio. Tan
equilibrada es esta relación que la Junta
Comunal no está compelida a hacer lo que le dice el Consejo
Comunal, pero sí está obligada a considerar sus recomendaciones. Y el Consejo
Comunal, si bien no está habilitado a destituir a la Junta Comunal , tiene entre sus
funciones efectuar el seguimiento y evaluar la Gestión Comunal.
Ciertamente algo muy lejano, a nuestro modo de ver, de un “proyecto de
izquierda ultra... (y) … autogobiernos populares en que se quiere convertir
cada comuna” que nos adjudica. Estamos muy lejos de pensar como usted parece
creer que pensamos.
Queremos
detenernos finalmente en una serie de afirmaciones que Ud. realiza las cuales,
aparte de estar cargadas de la inevitable subjetividad del emisor, lejos de contener
algún razonamiento o conclusión, sólo descalifican. A modo de ejemplo le
informamos que nos hemos sentido injustamente descalificados por su frase según
la cual somos “revolucionarios de juguete que sueñan con ir a Disney o Cariló y
que mientras lo logran se dedican a molestar a los demás”. Nosotros entendemos
que reclamar el cumplimiento de la ley y
exigir los derechos que ésta les otorga a los ciudadanos, es algo que todo
republicano debería compartir y no una molestia “a los demás”. También
sostiene que “...tendemos a la queja indiscriminada...”. A nuestro juicio
reclamar la vigencia de la
Constitución y de la Ley Orgánica de Comunas no es una queja ni es indiscriminada; es una
propuesta y bien específica.
Por último, lo
invitamos a releer no solo la convocatoria que ha motivado este intercambio
epistolar, sino otros documentos y declaraciones que encontrará en nuestra
página Web: www.movimientocomunero.com.ar.
Lo saluda cordialmente,
MOVIMIENTO
COMUNERO
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