11/11/13

OPINION CIUDADANA Y RESPUESTA COMUNERA

El Movimiento Comunero sostiene que el ejercicio de una democracia real es una meta a alcanzar, que no se declama sino que se ejerce, donde la diversidad sea respetada, la representatividad y la participación convivan en armonía, y la búsqueda de consensos un objetivo inexcusable en beneficio del bien común.
Sabemos que existen posiciones irreconciliables, aún en los ámbitos más prestigiosos, académicos e intelectuales, pero claramente nos estamos refiriendo a cuestiones más domésticas  como es la construcción de un proyecto que nos permita una mejor calidad de vida en nuestros barrios, aceptando nuestras diferencias pero dejando de lado autoritarismos y posiciones extremas, atendiendo a la voz, la palabra y el pensamiento del otro.
En esta inteligencia nos decidimos a publicar una opinión, de las muchas que recibimos, pero contraria y crítica a nuestra posición. También, como es de suponer publicamos a continuación nuestra respuesta.
El debate queda abierto:

Estimados:
Recibo habitualmente sus mails y comunicaciones y no puedo dejar de observar que el Movimiento Comunero y organizaciones afines siempre tienden a la queja indiscriminada, solo porque no son (supuestamente) tenidos en cuenta por el GCBA. Sin embargo pareciera ser que tampoco son tomados en cuenta por el grueso del pueblo de la Ciudad que una vez más y mayoritariamente votó por ideas y proyectos de ciudad diferentes a los que Uds proponen.
Y esto es así aún entre aquellos votantes que NO habiendo votado al PRO y a Macri, de todas formas sueñan con una ciudad moderna, una ciudad que nivele para arriba, donde se este cada vez un poquito mejor, con mas elegancia y clase, con más educación, mas valor para las propiedades de cada persona, etc. Una ciudad donde existan menos villas y no más villas, donde el inmigrante sea bien tratado y recibido, como lo fue siempre en nuestro país, a condición que venga a sumar y no a restar, esto es con algún oficio productivo, sin antecedentes penales, con un lugar para vivir (que no sea una pieza hacinada o un asentamiento y demás condiciones como en cualquier país civilizado, Uruguay por ejemplo. Intentar vivir e una barrio/ciudad cada vez más lindo, elegante, con oportunidades para todos los que las busquen y merezcan no es una ambición de alguien de "derecha" sino de cualquier persona normal.
Se que pensamos diferente y también se que recién se termina una elección donde se refrendó este modelo de ciudad diferente al de Uds pero que deben aceptar porque asi es la Democracia. Pueden luchar para ganar una elección y entonces construir su proyecto pero no querer imponer por la fuerza lo que los votos no les dan. Yo me considero un defensor de las comunas en tanto lo que son, un ente desentralizado con un proyecto acotado para resolver asuntos puntuales de un barrio determinado; pero jamás un ente vinculante de consulta obligatoria para quien ostente la Jefatura de Gobierno con el voto mayoritario de la población. Los porteños mayoritariamente no queremos y no votamos proyecto de izquierda ultra de ningún tipo y por lo tanto no apoyamos estos supuestos autogobiernos populares en que se quiere convertir cada comuna desde su sector. Ni queremos convertir a la Ciudad en una nueva UBA donde por ganar el Centro de Estudiantes de una facultad x ya se creen con derecho a gobernar toda la Universidad. Una universidad y una ciudad donde a veces se pierden espacios puntuales, como un centro de estudiantes, porque la gente que se decida a trabajar y estudiar todo el dia no tiene tiempo ni ganas de realizar una militancia totalitaria.
En fin, tienen derecho a marchar y a putear, pero no se llamen "el pueblo de la ciudad" porque no lo son y están muy lejos de representarlo. Son, a lo sumo, la vanguardia de una pequeña porción ciudadana, en general revolucionarios de juguete que sueñan con ir a Disney o Cariló y que mientras lo logran se dedican a molestar a los demás. Igual que esos trabajadores y trabajadoras MILLONARIOS/AS que predican derechos para las masas que jamás les dan y cuestionan supuestos privilegios que so ostentan y no quieren perder.
Amigos, en suma, les guste o no, nosotros aspiramos a que nuestra Buenos Aires sea la versión argentina y en lo posible superior de las grandes urbes mundiales, queremos superar a Paría o Nueva York, al verdadero porteño no le interesa ser La paz, Caracas, o Chuquisaca. Aspiramos a que todos podamos tener un buen auto, una buena casa y buena pilcha, además de una educación y salud dignas. Un ciudad donde el lado norte y el sur se asemejen pero por lo bueno, o sea que toda la ciudad tenga mas Recoletas y menos villa 20, 31 o 1 11 14. La aspiración debe se4r crecer no quedarse o retroceder. Lastima que a los punteros del FpV y otros no les interese intentar que la gente mejore, sino tenerlos en la miseria, acentuarles la sensación de frustración y resentimiento para usarlos políticamente, porque si mejoran y piensan ya no los podrían manejar.
Yo quiero cosas diferentes a Uds, bienestar para todos, pero en serio. Ojalá lo entienda.

Osvaldo Igounet - Vecino Comuna 8 - 02/11/2013

Nuestra Respuesta
Estimado  Osvaldo Igounet:
Aunque usted no lo crea coincidimos con algunas de sus ideas sobre la Buenos Aires que queremos, aunque con otras no, como es lógico en cualquier sociedad que permite pensar y expresar ideas y propósitos diferentes a sus miembros.
Coincidimos seguramente también con usted en que en una república todos deben respetar las leyes y, en el caso particular que nos ocupa, todos – empezando por los gobernantes electos – deben respetar la Constitución de la Ciudad y la Ley 1777 de Comunas.
En lo referido a las Comunas usted afirma que las mismas son “un ente descentralizado”. Esto es absolutamente cierto y coincidimos también con ello. En efecto, según la Constitución de la Ciudad y la Ley de Comunas, estas son un ente descentralizado y, como tal con capacidad para decidir por sí mismas en el ámbito de sus competencias. 
También afirma usted que tienen “un proyecto acotado para resolver asuntos puntuales de un barrio determinado”. A nuestro juicio más que un proyecto acotado tienen competencias exclusivas acotadas, lo cual es aceptable por cuanto integran una misma y única ciudad, lo que supone competencias centrales amplias. Sin embargo también tienen competencias “concurrentes” con el Gobierno de la Ciudad, lo que quiere decir que en todas aquellas acciones servicios y obras que el Gobierno de la Ciudad planifique y/o ejecute en el territorio comunal, la Comuna tiene el derecho y, más aún, la obligación de intervenir, lo cual es también bastante lógico. De forma similar, si un Gobierno Provincial quiere realizar una acción u obra pública en el ámbito territorial de un Municipio, es natural que lo consulte con éste y acuerden concertada y coordinadamente la mejor forma de llevarla adelante.
Pero, según la Constitución de la CABA y la ley de Comunas, además de ser la Comuna un organismo descentralizado, es un organismo participativo, lo que le impone consultar directamente con la población las acciones de gobierno que impactan significativamente en su vida. Somos concientes de que esta institución comunal es muy novedosa en este sentido, por cuanto implica que los “representantes” elegidos en las urnas deben gobernar “con” sus representados en la construcción del bien común. De la misma forma que los ciudadanos deben deliberar y gobernar con los representantes elegidos. Esto revierte la práctica tan común y criticada de que los funcionarios políticos, luego de elegidos, se creen con el derecho de hacer lo que quieran, sin escuchar ni atender las necesidades y aspiraciones concretas de quienes los votaron o no los votaron, pero que tiene la obligación de respetar, es decir, de todos los ciudadanos. En ese sentido entendemos – como lo hicieron los constituyentes de la Ciudad - que las elecciones son un procedimiento clave para la democracia, pero no es éste el único procedimiento que la califica y la define; la participación de la ciudadanía en las decisiones también forma parte de la democracia y hace de ésta una manera más enriquecedora y equilibrada de plantear la política y la vida en común. 
La arquitectura de las Comunas establece la existencia de dos organismos de gobierno comunal: uno electivo que funciona bajo la modalidad de la democracia representativa (la Junta Comunal) y otro participativo que funciona bajo la modalidad de la democracia participativa (el Consejo Comunal). La relación entre ambos – siempre que las intolerancias y antagonismos excluyentes propios de nuestra deteriorada cultura política lo permitan abre un horizonte de colaboración y coordinación enriquecedora entre autoridades elegidas y ciudadanos organizados, muy prometedor a nuestro juicio. Tan equilibrada es esta relación que la Junta Comunal no está compelida a hacer lo que le dice el Consejo Comunal, pero sí está obligada a considerar sus recomendaciones. Y el Consejo Comunal, si bien no está habilitado a destituir a la Junta Comunal, tiene entre sus funciones efectuar el seguimiento y evaluar la Gestión Comunal. Ciertamente algo muy lejano, a nuestro modo de ver, de un “proyecto de izquierda ultra... (y) … autogobiernos populares en que se quiere convertir cada comuna” que nos adjudica. Estamos muy lejos de pensar como usted parece creer que pensamos.
Queremos detenernos finalmente en una serie de afirmaciones que Ud. realiza las cuales, aparte de estar cargadas de la inevitable subjetividad del emisor, lejos de contener algún razonamiento o conclusión, sólo descalifican. A modo de ejemplo le informamos que nos hemos sentido injustamente descalificados por su frase según la cual somos “revolucionarios de juguete que sueñan con ir a Disney o Cariló y que mientras lo logran se dedican a molestar a los demás”. Nosotros entendemos que  reclamar el cumplimiento de la ley y exigir los derechos que ésta les otorga a los ciudadanos, es algo que todo republicano debería compartir y no una molestia “a los demás”. También sostiene que “...tendemos a la queja indiscriminada...”. A nuestro juicio reclamar la vigencia de la Constitución y de la Ley Orgánica de Comunas  no es una queja ni es indiscriminada; es una propuesta y bien específica.
Por último, lo invitamos a releer no solo la convocatoria que ha motivado este intercambio epistolar, sino otros documentos y declaraciones que encontrará en nuestra página Web: www.movimientocomunero.com.ar.

Lo saluda cordialmente,

MOVIMIENTO COMUNERO

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