Realmente. La gente ignora el poder que tiene.
Participar significa ser parte activa de algún tipo de entidad social que es común a varias personas (un barrio, una comuna, un club, etc.), es decir que no existe participación si no es en referencia a algo superior a cada participante y común a todos sus miembros, y esta participación tiene que estar sometida a ese valor aglutinante, superador de cada uno de sus partes. La Participación debe ser CONSTRUCTIVA.Nuestra sociedad, marcada por el individualismo y vínculos sociales deliberadamente deteriorados, nos exige estar atentos ante algunas apelaciones al derecho a la participación que no pocas veces se convierten en el justificativo para desenvolver el individualismo más extremo a costa de deteriorar los vínculos que permiten la unidad en lo común.
Por lo tanto, el derecho a participar debe ser equilibrado por el deber de fortalecer y consolidar la unidad de lo común a través de dicha participación.
La participación se hace efectiva en el hacer, en el operar, y, más aún, en el cooperar o sea en el hacer en conjunto.
Es indispensable en esta instancia canalizar los debates, las discusiones y los consensos de una manera ordenada, de modo que todos –sin exclusiones- se sientan aportantes a esa construcción colectiva.
La organización de las distintas etapas de ese hacer común – deliberación, decisión y acción – y la coordinación de las diferentes individualidades de sus miembros en cada una de ellas, es un requisito inapelable:La participación sin organización impide actuar conjuntamente sobre la realidad.
¿Democracia participativa Vs. Democracia representativa?
La respuesta a esta pregunta es categóricamente NO.
No existe ni debe existir una confrontación entre estas dos formas de gobierno. Para evitarlo se requiere también de una construcción conjunta entre los representantes y los ciudadanos.
Es la monopolización de la política lo que cuestiona profundamente la Democracia Participativa.
En síntesis: La democracia participativa no excluye la representatividad, sino que la integra y subordina a la participación ciudadana para la toma de decisiones, en forma permanente.
En nuestra Declaración de Principios decimos: “Nos inspira la convicción más profunda de que la ciudad de Buenos Aires es nuestra ciudad y los barrios nuestros barrios; por lo que sus habitantes tenemos el derecho de decidir y controlar lo que se haga en ellos”.
MOVIMIENTO COMUNERO
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