18/6/13

Abrimos el DEBATE en Aires Comuneros 3: “Diversidad, Hegemonismo y Democracia Participativa”

15/06/2013 - ABRIMOS EL DEBATE  en Aires Comuneros 3
Participar es hacernos protagonistas en la construcción del bien común, 
junto con aquellos que elegimos para representarnos. 

El Movimiento Comunero te invita a debatir a través de Aires Comuneros y solicita, a quienes deseen enviar comentarios o plantear eventuales discrepancias o coincidencias, enviar un correo a: [prensa@movimientocomunero.com.ar
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Movimiento Comunero

DEBATES 
En esta nueva sección abrimos la posibilidad de aportar ideas sobre la democracia participativa y las comunas, para debatir a través de Aires Comuneros. Los contenidos de estas notas, pueden o no necesariamente, reflejar y/o expresar el ideario del Movimiento Comunero, pero sí ponen de manifiesto la actitud de apertura que lo anima, para el intercambio constructivo de ideas y propuestas.

DIVERSIDAD, HEGEMONISMO Y DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Por Néstor Scorofitz
“Nuestra democracia dice adiós a lo que fue, se detiene en lo que será.
 Demodiversidad, se llama el anhelo-desafío”. Octavio Paz

Desde difíciles y complicadas  transiciones, nuestro régimen político estuvo asentado en el sufragio individual. Las elecciones constituían el núcleo exclusivo de la democracia representativa, ese modelo conformado por la hegemonía o supremacía  inspirado y sostenido por el liberalismo en sus distintas expresiones políticas. Transcurren años de vivencias y la ciudadanía comienza con malestares y cuestionamientos que se expresan en frases como: “Se elige pero no se decide”,  “se vota pero no se elige” o “los políticos prometen una cosa y luego hacen lo contrario”. Las luchas por derechos ambientales, civiles y sociales van a poner al descubierto consecuencias desiguales o negativas del ejercicio de nuestra democracia representativa delegatoria. Sobre base del acto delegatorio que se asienta en el voto individual, libre y secreto, se propone una instancia superadora y defensora de sus contenidos, la democracia participativa.

Somos conscientes de que estamos establecidos en una sociedad humana de sorprendente diversidad, con la existencia de normas, usos, costumbres, símbolos, cosmovisiones y lenguajes que conforman distintas áreas culturales, políticas, sindicales y religiosas que marcan sus diferencias o las fronteras entre ellas. Así como la diversidad tiene una historia recorrida como factor potencial de conflicto y de dificultades, emerge ahora y está en nosotros, el que debemos encontrar fórmulas componedoras para resolverlo: Ya no se trata como en antaño de un problema entre sociedades, sino de un arraigado y espinoso problema intrasocietal. Cabe acotar, que no se supone ingenuamente que las cuestiones deben resolverse por presumidas o irrealizables concordias, sí,  agotando todo los medios comunicativos inspirados en  la  tolerancia  racional y el deseo de construir “hegemonías” construidas desde la diversidad. El elogio de la diversidad que aquí se presenta, tiene como propósito formar parte de la identidad con lo nuevo que estamos planteando y que se formula por el rechazo a la exclusión o a la ausencia del otro para el ejercicio de las decisiones comunitarias. No somos ni nos sentimos dueños de la verdad, aún cuando fuéramos  parte de una mayoría decisoria.

Interpretamos que vivimos en una sociedad culturalmente monocultural, donde la diversidad no forma parte de su mecanismo normativo, pensamos que la solución para ejercitar nuestra propuesta de democracia participativa es lograr que la diversidad se entienda y establezca como el modelo ético de lo cultural. En los tiempos que transitamos, la política y la sociedad necesitan de manera creciente gestionar y solucionar tipos de conflictos que están relacionados con el pluralismo cultural. Este tipo de diversidad es un pluralismo con marcos de referencia, tradiciones y culturas diferentes. Por lo tanto, la incógnita para resolver ya no es solo gestionar el pluralismo de valores con principios democráticos, sino cómo formalizar el vínculo entre democracia y pluralismo con cultura tolerante y participativa.

Desde lo crítico,  entendemos que  debiéramos  impulsar políticamente un esquema de alianzas que construya sobre la base de una realidad que logre tener en cuenta toda la complejidad estructural  de la sociedad y las contradicciones o diferencias de sus componentes sociales y / o culturales. . Las visiones estrechas, dogmáticas o sectarias, producen un obstáculo muy grande para lograr entendimientos que  posibiliten de  transformación. 

Hablar de diversidad desde la Declaración Universal de los DDHH, es hablar de igualdad en derechos y deberes. La diversidad como se la entiende, interpreta y define que las personas  somos distintas y desiguales a la vez dentro una igualdad política en común que nos une. La igualdad no la planteamos ni enfatizamos como fenómeno biológico sino como precepto ético. Y la pluralidad del ser humano se produce tanto desde el ámbito interindividual como personal. 

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