El Movimiento Comunero lleva entre sus principales objetivos la instalación de la democracia participativa como nueva forma de democracia, complementándose con la ya existente. Esta nueva forma de ejercer ciudadanía requiere de nuevos valores y herramientas que debemos conceptualizar, asumir, madurar y aprender a usar.
Los Consejos Consultivos Comunales ya establecidos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son de los primeros organismos oficiales en donde se requiere de la práctica de la democracia participativa. Esta participación de la ciudadanía es clave cuando hablamos de problemas y/o proyectos en donde ella misma se ve involucrada directamente. Como en cualquier acción comunitaria, el acuerdo amplio de sus involucrados es clave por dos motivos, uno, garantiza que estamos trabajando sobre objetivos de bien común y el otro es que multiplica las chances de éxito.
Por ende el éxito de una acción comunitaria de bien común solamente la lograremos acordando.
La democracia participativa contiene muchos nuevos principios, uno de los cuales es el del consenso que nos sirve para lograr estos acuerdos. El consenso implica tener voluntad de acordar. El consenso no implica unanimidad. El consenso no implica votar. El consenso implica conocer ampliamente no solo nuestro problema y/o proyecto sino el del otro. El consenso implica saber escuchar y argumentar. El consenso implica saber deponer y aceptar. El consenso implica aprender a que nadie gana y nadie pierde. Visto desde la perspectiva de cada postura, el consenso implica que todos ganamos y perdemos al mismo tiempo en pos del bien común, con lo cual ganamos todos.
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